Óxido de Zinc

Óxido de Zinc es un componente esencial en la formulación de esmaltes cerámicos gracias a su capacidad para modificar fusiones, aportar brillo y mejorar la durabilidad de las superficies vidriadas. Actúa como fundente secundario, facilitando la maduración del esmalte y permitiendo obtener acabados más suaves, brillantes y resistentes. Su presencia también ayuda a controlar la viscosidad durante la cocción, lo que se traduce en esmaltes más estables y con menor tendencia al escurrimiento.

Este material destaca por su capacidad para incrementar la dureza y la resistencia química de los esmaltes, haciéndolo especialmente útil en piezas funcionales como vajillas, utensilios de cocina y cerámica de uso intensivo. Además, el Óxido de Zinc influye en la desarrollo de color, potenciando tonos cálidos y actuando como modificador en combinaciones con otros óxidos colorantes.

En esmaltes mate, contribuye a crear texturas suaves tipo satinado, mientras que en esmaltes brillantes suele intensificar la luminosidad y la profundidad del acabado. Su comportamiento es estable tanto en baja como en alta temperatura, lo que lo convierte en un material versátil para loza, gres y porcelana.

Fácil de incorporar y muy fiable, el Óxido de Zinc es un ingrediente fundamental para ceramistas que buscan control, calidad y resultados consistentes en sus esmaltes.